Cine de MONSTRUOS Contributor(s): Agusti, Adolfo Perez (Author) |
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ISBN: 1490979867 ISBN-13: 9781490979861 Publisher: Createspace Independent Publishing Platform OUR PRICE: $13.30 Product Type: Paperback Language: Spanish Published: July 2013 |
Additional Information |
BISAC Categories: - Art | Film & Video |
Physical Information: 0.42" H x 5.98" W x 9.02" (0.60 lbs) 200 pages |
Descriptions, Reviews, Etc. |
Publisher Description: Parece mentira, tan grandullones y todav a no han aprendido a caminar sin aplastar con sus patas a los infelices humanos. Detr s de ellos siempre quedan aldeas devastadas, ni os hu rfanos, edificios en llamas y muchas l grimas, adem s de la seguridad de que ese engendro volver pronto para continuar su aniquiladora misi n. En ocasiones su altura supera al mayor de los edificios, y as ni siquiera las armas de nuestros ej rcitos son capaces de detenerles, aunque con frecuencia el monstruo es tan peque o que apenas podemos alcanzarle, como cuando nos atacan ara as o p jaros asesinos. Sin embargo, en la historia del terror hay unos dignos representantes cuya apariencia ha sido suficiente para producir miedo, y nos estamos refiriendo a esos animales prehist ricos que cient ficos inconscientes han tra do de nuevo hasta nosotros procedentes de tiempos remotos. Y es que los dinosaurios son tan enormes que pueden poner sus patas en cualquier azotea, aunque tambi n hay gorilas que podr an acoger simult neamente a un tanque y a una bella mujer.Afortunadamente, la mayor a de esos monstruos no son capaces de salir de la pantalla, con lo cual no vemos necesario mirar con recelo las esquinas oscuras, ni otear el horizonte para descubrir cuanto antes a ese drag n que empieza a vomitar fuego hacia nosotros. Ese alivio lo perdemos cuando nos metemos por vez primera en una playa desierta, aparentemente tranquila, pero en cuyas aguas seguro que acecha un tibur n hambriento deseoso de morder a la guapa ba ista desnuda. El problema es que aunque nos aseguren que los grandes monstruos son cosa del pasado o de la imaginaci n de los escritores, no estamos tranquilos y por si acaso ya tenemos en nuestra mente cu l ser a el refugio adecuado para escondernos hasta que alguien venga a salvarnos. |