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La figura de Federico Garc a Lorca (Fuente Vaqueros 1898) es sin duda una de las m s destacadas y famosas de la literatura, no solo en Espa a sino en todo el universo literario. Su obra e influencia no se limita a su creaci n po tica; abarca piezas teatrales (como La casa de Bernarda Alba) y militancia cultural con la rebeld a de su vida, desconstruyendo las est ticas tradicionales, las pinturas del realismo, ciertas normativas sexuales y las corrientes socio-pol ticas con cambios revolucionarios. Pablo Neruda, refiri ndose a Garc a Lorca, escribi que "desde Lope de Vega no se ha conocido en lengua espa ola una seducci n popular tan inmensa dirigida a un poeta". Su poes a ha sido traducida a much simos idiomas y su lectura, representaciones, contin a presente conquistando el paso del tiempo y los caprichos de las modas. A lo que se acopla la relevancia de sus viajes por las Am ricas, y especialmente su estad a en Nueva York donde compuso Poeta en Nueva York (que l mismo afirma deber a haberse titulado "Nueva York en un poeta") porque encarna y proclama su experiencia del pa s estadounidense con la energ a y frustraci n de una voz cr tica contra la civilizaci n capitalista, al servicio de oprimidos y marginados, con la complicidad del fantasma del tiempo, la naturaleza, la muerte, el amor pansexual, tal cual lo desarrolla en su "Oda a Walt Whitman". Lorca form parte de la as llamada e impactante Generaci n del 27, compuesta por un grupo de escritores, caracterizada por su inclinaci n a los movimientos est ticos vanguardistas, pero, sin rechazar la literatura que los precedi , de la cual heredaron formas t picas, una s ntesis tem tica y formal de la l rica popular (Romancero y cancionero tradicional, la poes a rabe) y de la culta o alta (G ngora -cuya presencia por su sentido innovador fue significativa-, Quevedo, Zorilla, Duque de Rivas, Juan Ram n Jim nez, B cquer, Antonio Machado, etc.). Configuraban sus textos un surrealismo sensual que combinaba los referentes concretos de la vida cotidiana con un esteticismo metaf rico de expresiones, alegor as, leyendas, im genes fant sticas, mitos de sue os. En este contexto, el Romancero Gitano, que escribi Lorca en su primera poca po tica, entre 1924 a 1927, y fue publicado en 1928 en la editorial Revista de Occidente con gran xito, se constituy en una de las obras m s fulminantes de su tiempo porque conjura, con la perfecci n de un mago, tradici n, popularismo y vanguardia, inspirado en su vivencia de la herencia mora, el folklore, la naturaleza de su geograf a agreste, y sus negaciones. En l, fundamentalmente hermanado, gitaniza el universo y canta, con un tono de lamento amoroso, a una raza marginada y perseguida, a su cultura, estilo de vida y costumbres, ilustrando su destino tr gico, porque m s all de los gitanos, son protagonistas, antagonistas y agonistas los personajes nicos de la pena negra (muerte, violencia, marginalizaci n) y el amor conflictuado. Incluso para el mismo Lorca (como lo expresa en su conferencia-recital del libro) el Romancero gitano implica ser su "obra m s popular...(que) indudablemente... tiene m s unidad y es donde mi rostro po tico aparece por vez primera con personalidad propia/..."

-Luis Alberto Ambroggio