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El libro de los muertos y los espiritus
Contributor(s): Agusti, Adolfo Perez (Author)
ISBN: 1491235179     ISBN-13: 9781491235171
Publisher: Createspace Independent Publishing Platform
OUR PRICE:   $13.30  
Product Type: Paperback
Language: Spanish
Published: July 2013
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Additional Information
BISAC Categories:
- Religion | Mysticism
Physical Information: 0.41" H x 5.98" W x 9.02" (0.58 lbs) 192 pages
 
Descriptions, Reviews, Etc.
Publisher Description:
La muerte, el paso hacia la otra vida, es el enigma m s investigado por la Humanidad, tanto como lo es la causa de nuestra propia existencia. Quiz inmersos en un c rculo eterno, con miles de vidas, y cuyo destino final deber a ser un lugar o existencia m s placentera, los seres humanos han buscado multitud de recursos para tranquilizar nuestros enloquecidos esp ritus, en un intento de comprender la raz n de vivir y morir. Las religiones han aportado no pocas esperanzas a sus fieles, pues la mayor a les aseguran que justo al final de esta existencia carnal habr otra (o varias), bien sea para llegar a un para so o para adorar a un Dios omnipotente cuya sola visi n asegurar la felicidad. No obstante, estas conjeturas no han podido impedir que en Occidente la idea de la muerte siga inspirando pensamientos l gubres, en ocasiones de p nico, mientras que en otras civilizaciones m s antiguas morir es, simplemente, cambiar, empezar de nuevo. El final de la vida ser a el comienzo de la Nueva Vida, o en un lenguaje m s simb lico, la Muerte de lo Viejo, seguido del Nacimiento de lo Nuevo o el Renacimiento. "Algo debe morir para que podamos nacer", ser a una frase inspiradora de tal pensamiento. Por ello, si existe un concepto apasionante en el pensamiento de los seres humanos, este es el de la Reencarnaci n. Puesto que es un hecho asumido que somos mortales y que nuestra vida no se prolongar mucho m s all de los 80 a os -y eso si tenemos suerte-, la posibilidad de poder prolongar nuestra existencia una y otra vez nos resulta m s interesante que la idea de morir para siempre.Es probable que no exista ni una sola persona que no haya pensado alguna vez a lo largo de su vida sobre qu es lo que sucede una vez que morimos. Este pensamiento nos persigue especialmente cuando tenemos que asistir al entierro de un ser querido, cuando padecemos una enfermedad severa y, muy intensamente, cuando llegamos a la frontera de los 50 y nos planteamos nuestro incierto futuro. Antes, en la juventud, la muerte es algo que ocurre "a los mayores", o a las personas que tienen "mala suerte" y sufren un accidente mortal en la carretera. La vemos tan lejana que ni siquiera nos cuestionamos que nosotros estamos ya, invariablemente, como mortales, en esa lista de futuros fallecidos.Al cumplir la cincuentena llegan la mayor a de las crisis existenciales, pues junto con las pocas posibilidades profesionales que el futuro nos puede deparar, la vida sentimental ya no ofrece tantas oportunidades de freno y vuelta a empezar. Igualmente, somos conscientes que el decaimiento inexorable del cuerpo no lo podremos detener con curas de adelgazamiento, gimnasia agotadora, ni p ldoras rejuvenecedoras. Algunos ilusos, especialmente mujeres, se gastan ingentes cantidades de dinero en cremas de belleza y cl nicas de cirug a est tica, en un intento vano de detener lo que es imposible. Afortunadamente, las religiones y los parapsic logos nos dan una brisa de esperanza y nos aseguran, aunque ninguno de ellos nos aportan pruebas fehacientes, que existen otras formas de vida, algunas ciertamente apasionantes, como quienes nos hablan de un Cielo eterno en el cual solamente hay felicidad y ausencia de dolor. La reencarnaci n no es una opci n de eternidad mejor que otras, ya que posiblemente nos toque volver a repetir el penoso calvario de la vida humana, con las mismas peleas, hambre, guerras y el ineludible trabajo. Sin embargo, es una opci n vital que nos gusta, pues a fin de cuentas ya conocemos en qu consiste la vida. Las dem s opciones, especialmente aquellas que nos hablan de esp ritus, almas o entes inmateriales, nos dan un poco de miedo y preferimos, si pudi ramos elegir, aquello de "m s vale lo malo conocido...". Afortunadamente, ahora sabemos que si tenemos suerte podremos igualmente volver a disfrutar del amor por la pareja y los hijos, del placer de estar en plena naturaleza o de recrearnos con las maravillas art sticas realiza