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Cantinflas: Mario Moreno
Contributor(s): Agusti, Adolfo Perez (Author)
ISBN: 1492324884     ISBN-13: 9781492324881
Publisher: Createspace Independent Publishing Platform
OUR PRICE:   $11.40  
Product Type: Paperback
Language: Spanish
Published: September 2013
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Additional Information
BISAC Categories:
- Biography & Autobiography | Entertainment & Performing Arts
Physical Information: 0.41" H x 5.98" W x 9.02" (0.59 lbs) 194 pages
 
Descriptions, Reviews, Etc.
Publisher Description:
En este libro he querido rendir un homenaje al c mico hispano Cantinflas, el m s injustamente maltratado por los cr ticos, y demostrar que su capacidad de improvisaci n para hacernos re r era ilimitada. A pesar de que sus pel culas ten an un p simo gui n y una deficiente realizaci n, su sola presencia bastaba para llenar la pantalla. Su nico problema era que su jerga c mica era tan r pida, tan incongruente, que nos perd amos la mayor a de sus chistes. En este libro, sin embargo, sus mejores di logos est n desmenuzados y son una muestra palpable de que fue uno de los grandes genios del cine c mico.Cantinflas marc un estilo tremendamente personal y tan ampliamente imitado por otros c micos que ha conseguido pasar a la historia del cine con honor y sus habilidades humor sticas resistir perfectamente el paso de los a os. Su sola presencia en la pantalla bastaba para llenarla y para que la pel cula cobrase inter s, a pesar de que ni la direcci n, ni los di logos, estaban cuidados con esmero. Todo se confiaba a su buen hacer, a sus mon logos totalmente improvisados de los que siempre sal a airoso y provocando la carcajada m s espont nea. Era un extraordinario actor que daba la impresi n de no actuar, de estar rodeado de amigos a los cuales quer a hacer re r sin molestar a nadie.Durante su larga carrera cinematogr fica tuvo que soportar a ciertos cr ticos que siempre se empe aban en decir que ya estaba acabado, que su personaje se hab a adulterado y que se hab a aburguesado. Pero lo cierto es que independientemente del director, del argumento y de los escenarios elegidos, as como de los otros compa eros de reparto, las pel culas ten an un gran xito comercial solamente por l, por Cantinflas, y eso es algo que ning n otro actor del mundo ha podido lograr.Despreciado en su d a por los intelectuales y poco reconocido todav a por los cr ticos como uno de los mejores c micos de la historia de cine, Cantinflas marc una poca y hasta su ltimo filme cosech grandes xitos, algo que no le ocurri ni siquiera a Charles Chaplin, el cual conoci el fracaso en vida en varias ocasiones, incluida su ltima pel cula. Los que le conocieron personalmente dicen que era sencillo sin propon rselo. Con una actitud social, tanto en el comportamiento como en su indumentaria, alejada de cualquier artificio, era no obstante muy firme en cuanto a mantenerse en sus convicciones human sticas.Aunque sumamente amable no era persona que se diera con rapidez a la gente, ya que se le consideraba serio, reservado y, por naturaleza, de pocas palabras, rayando en ocasiones en la desconfianza. Generoso en grado sumo, pero plenamente consciente de lo que entregaba y a qui n lo entregaba, hab a conocido la pobreza en su ni ez y en ocasiones sinti muy de cerca el hambre. Por eso, cuando estuvo en la cima del xito nunca dej de ser humilde, quiz s porque ello le engrandec a a n m s.El triunfo no le envileci , ni la gloria le cambi su esp ritu, demostr ndose con ello que era un artista superior a la mayor a y un ser humano inigualable. Cuando le preguntaban si se consideraba un hombre feliz, siempre respond a que s , a pesar de sus defectos y a pesar de que pueda tener alguna pena. Dec a que se sent a dichoso de realizar su vida y su destino plenamente, en la medida de sus fuerzas.El p blico se sinti inmediatamente identificado con su filosof a, con su esfuerzo por aprender siempre, con su af n por mejorar d a tras d a.Y aunque era de naturaleza optimista le hac an fuerte mella los fracasos, las zancadillas y los rencores de las personas, lo mismo que le dol an los malos gobernantes o aquellas personas que se enriquec an a base de enga ar o robar a los m s d biles o ignorantes. Su malicia la caracterizaba de mil maneras para que no fuese una ofensa directa a nadie, pero suficientemente expl cita para que todos los culpables se dieran por aludidos, tal era su habilidad para de