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El Cuidado de Los P
Contributor(s): Agusti, Adolfo Perez (Author)
ISBN: 1492762881     ISBN-13: 9781492762881
Publisher: Createspace Independent Publishing Platform
OUR PRICE:   $11.40  
Product Type: Paperback
Language: Spanish
Published: September 2013
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Additional Information
BISAC Categories:
- Nature | Birdwatching Guides
Physical Information: 0.25" H x 6" W x 9" (0.37 lbs) 118 pages
 
Descriptions, Reviews, Etc.
Publisher Description:
Peque os, fr giles, inquietos, entra ables y habitualmente esquivos, los p jaros son una de las criaturas m s afortunadas de la naturaleza pues poseen el don m s maravilloso de todos: volar. Con frecuencia envidiadas por el hombre e imitadas desde hace siglos, las aves nos demuestran una y otra vez que nunca conseguiremos volar por nuestros propios medios y que necesitaremos para ello alg n tipo de m quina o aparato que nos permita mantenernos en el aire. El ser humano puede nadar de modo similar a los peces, horadar la tierra como los gusanos, correr como los caballos, trepar como los monos y hasta construir viviendas complejas como las hormigas; todo eso lo puede hacer con la sola ayuda de sus manos, pero volar con sus propias facultades lo tiene vetado por la naturaleza. Por eso no nos debe extra ar que su frustraci n le lleve frecuentemente a privar a las aves de su don m s preciado, el de volar, como si con ello quisiera demostrar que sigue siendo el ser m s h bil en la naturaleza. Afortunadamente el hombre tambi n es un buen protector de los animales, pues al enjaular a un p jaro tambi n le est protegiendo y alimentando, y hasta podemos lograr que sean felices encerrados. De todos modos, nunca se olvide cerrarles la puerta de la jaula, puesto que basta con dejarla un poco entreabierta para que emprendan un veloz vuelo sin retorno. Mejor demostraci n sobre sus verdaderos deseos, imposible. Desdichadamente, para que puedan estar junto al hombre solamente se ha encontrado el incruento modo de encerrarles en una angosta jaula, pero esto que aparentemente parece un contrasentido (si les encerramos no podemos jugar con ellos), es el mejor medio para que no nos conformemos con verles volar en la lejan a. El sistema ha dado buen resultado, y nadie puede negar que la mayor a de los p jaros de jaula logran ser felices y desarrollarse perfectamente, al menos si lo evaluamos escuchando sus trinos, s ntoma inequ voco de que todo est en orden en su vida. Delicados y casi siempre bellos, los p jaros enjaulados parecen no aportar nada a las personas, pero cuando la peque a mascota cae enferma y mucho m s cuando muere, todo el hogar se queda mudo de tristeza durante unos d as. Tan delicada es nuestra relaci n con ellos que les solemos poner nombres en diminutivo y les llamamos as esperando una respuesta que nos haga ver que nos han entendido, aunque reiteradamente el coloquio entre aves y humanos sigue siendo imposible. Tan alejados est n de nuestra propia escala evolutiva que salvo especies muy concretas, como los loros, resulta dif cil que puedan vivir en plena libertad dentro de los hogares del mismo modo que lo hacen perros y gatos, ni siquiera a cambio de comida. La naturaleza tambi n parece poco acogedora con los p jaros, con tantos depredadores sumamente poderosos a su alrededor y un clima hostil tanto en verano como en invierno, pero si ellos han conseguido evolucionar y sobrevivir desde hace milenios, con seguridad nos acompa ar n otros tantos a os. Por todo ello, si usted adquiere un peque o pajarillo, un reci n nacido, el cual apenas parece darse cuenta del inmenso mundo que existe fuera de los barrotes de su jaula, sepa que cuid ndole y aliment ndole con cari o seguramente conseguir que sea feliz. Y es que comida y cama son dos cosas que todos queremos, especialmente si nos las dan gratis.