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Economistas y sus teorķas: Lo que se puede sepultar y lo poco que hay que saber
Contributor(s): Ehmann, Andres (Author)
ISBN: 1542548144     ISBN-13: 9781542548144
Publisher: Createspace Independent Publishing Platform
OUR PRICE:   $18.53  
Product Type: Paperback
Language: Spanish
Published: January 2017
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Additional Information
BISAC Categories:
- Political Science | Political Economy
Physical Information: 1.14" H x 7.01" W x 10" (2.13 lbs) 564 pages
 
Descriptions, Reviews, Etc.
Publisher Description:
Este libro contiene 240 preguntas y respuestas que permiten aprofundizar las teor as expuestas en el libro. La reputaci n de los economistas ha sufrido bastante en estos ltimos a os. La econom a pasa por ser una pseudociencia que no resuelve, con bastante esfuerzo y recursos estatales, problemas irrelevantes y que no atribuye nada a problemas relevantes. Esto por s solo no ser a ning n problema. En el transcurso de la historia ha habido ya muchas ciencias que cayeron en el olvido. Los problemas escol sticos cayeron en el olvido no porque finalmente se encontr una respuesta definitiva para sus preguntas, sino porque a partir de un cierto momento las preguntas ya no interesaron a nadie. Las humanidades ya no desempe an ning n papel en el debate p blico. El caso de la econom a es un poco distinto. Lo que se encuentra en el debate p blico puede ser asignado sin esfuerzo alguno a una u otra corriente de la econom a. En un programa de entrevistas, los representantes de los sindicatos abogan en favor de una pol tica que estimula la demanda agregada, los representantes de los patrones temen un aumento de los costes de producci n. Los primeros est n por lo tanto en favor de sueldos m s altos y los segundos en favor de sueldos m s bajos. Los primeros persiguen una pol tica "keynesiana", sea lo que sea que entienden por ello, y los segundos una pol tica "neoliberal" sin que est muy claro lo que es. De vez en cuando un catedr tico tambi n logra a aparecer en la pantalla dando a una perogrullada pinta de ser algo muy cient fico. Hay gente capaz de denominar la econom a como una pseudociencia y al mismo tiempo declararse adepto a una idea sobre las relaciones causales econ micas m s vieja que las colinas verdes de frica. Los muy listos tienen una confianza profunda en las capacidades estatales de utilizar los impuesto y las contribuciones para los sistemas sociales, pero no nos dicen en qu se basa esta confianza y se quejan de los economistas cuando sus esperanzas no se cumplen y entonces los hacen responsables de su miseria. Quejarse de que los otros no tienen respuestas a preguntas concretas no tiene mucho sentido, si uno siempre se deja enga ar por los mismos modismos. Si realmente se necesita la corporaci n de economistas en el futuro es una pregunta que se puede dejar de lado por el momento. Sin embargo, para el proceso decisorio democr tico es de crucial importancia que el campo de tensi n tendido por las distintas ideas sobre las relaciones causales econ micas quede bien entendido. Ya no es tiempo de discusiones fundamentales entre "capitalismo" y "socialismo" dado que ni el uno ni el otro existen hoy. Ahora nos toca ocuparnos de refinar el sistema. En alguna parte entre Adam Smith y John Maynard Keynes est el justo medio. Esta obra no discute los temas pol ticos actuales, sino que describe a base de textos originales, estos son m s reveladores que el resumen de un resumen que se encuentra en los libros de texto sobre temas econ micos, conceptos b sicos de la econom a sin los cuales no se puede discutir sobre econom a. El l mite entre lo correcto y lo err neo es en este contexto m s difuso que el l mite entre lo relevante y lo irrelevante. Para distinguir entre los problemas relevantes y los irrelevantes basta un poco de sentido com n. Lo correcto o lo err neo depende del contexto. La econom a brindar a un gran servicio para s misma, si lograra a desprenderse de la carga escol stica y su perspectiva estrecha. Al no hacerlo corre el riesgo de seguir a las humanidades en el camino a la irrelevancia. Ocuparse de asuntos irrelevantes lo puede hacer el que tiene bastante ocio y los recursos para financiarlo en un plan privado. La inteligencia se revela sobre todo en poder distinguir entre lo relevante y lo irrelevante y concentrarse en lo primero.