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El dolor de Dios: Dios sufre
Contributor(s): Ospina Romero, Luis Carlos (Author)
ISBN: 1793930309     ISBN-13: 9781793930309
Publisher: Independently Published
OUR PRICE:   $18.78  
Product Type: Paperback - Other Formats
Language: Spanish
Published: January 2019
Qty:
Additional Information
BISAC Categories:
- Religion | Christian Ministry - Preaching
Series: Soteriologia
Physical Information: 0.37" H x 6.14" W x 9.21" (0.55 lbs) 172 pages
Themes:
- Religious Orientation - Christian
 
Descriptions, Reviews, Etc.
Publisher Description:
POR QU EL HIJO ETERNO DE DIOS SE HIZO HOMBRE Y MURI EN UNA CRUZ?, El Dios cristiano no es el dios est tico de los fil sofos griegos de la antig edad, sino el Dios que sufre, un Dios activo y apasionado. La imagen del Dios del mundo y de la cultura griega pas a la tradici n cl sica como el Dios a quien no afectan de ning n modo los acontecimientos del mundo, un Dios que no est sometido a la pasi n ni puede cambiar en s mismo. A esta concepci n de Dios responden Moltmann y Kitamori: el dolor de la cruz no fue solo dolor del Hijo ni tampoco dolor del Padre sino dolor de las dos personas que son un solo Dios. Como dijo Bonh ffer Un Dios que no sufre no puede liberar.PERO DE QU TENEMOS QUE SER SALVADOS? EXPIACI N BASADA EN LA BONDAD Y SABIDUR A DE DIOS QUE QUIERE SIEMPRE LO MEJOR PARA EL Y SU CREACI N.Jes s no nos salva de la primera muerte sino de la segunda muerte.Jes s no nos salva de la primera muerte sino de la segunda, puesto que todos somos pecadores y merecemos la muerte eterna por nuestras trasgresiones. l carga sobre s todos los pecados y paga con el valor infinito de su vida nuestro rescate. Dios lo resucita porque l es inocente, sin pecado, y con l, todos los que le aceptamos recibimos la vida eterna que l ha conseguido para nosotros.Por eso Ezequiel 18 afirma que "el alma que pecare esa morir ". Aqu , evidentemente, no se est refiriendo a la primera muerte -de la que nadie se libra- sino de la segunda. Sin embargo, Dios da la soluci n a este problema mediante Jesucristo: l sufre la muerte que nos corresponder a a nosotros, es decir la muerte segunda. Ahora bien, para recibir la vida eterna, debemos reconocer que somos pecadores, y convertirnos, apart ndonos de toda iniquidad, y aceptar la vida y muerte de Jes s por la nuestra.Si cuando sufrimos la muerte primera estamos unidos a Cristo, sta no provoca una separaci n espiritual de Dios sino que se puede recibir con paz en el alma y esperanza en la resurrecci n gloriosa, porque nuestros pecados han sido perdonados por medio de la sangre de Jesucristo. Por qu Jes s, -que soport con suprema entereza y dignidad los m ltiples tormentos de que fue objeto, incluida la misma crucifixi n, que ya fue en s misma la m s grande tortura inimaginable- en el momento de morir, se sinti abandonado por Su Padre? Por qu l no pudo seguir experimentando la comuni n con Su Padre, como es normal que suceda con todo creyente verdadero que conf a plenamente que Dios le resucitar en el d a final?La respuesta no puede ser otra que Jes s fue hecho pecado por nosotros (2a Corintios 5:21). Carg con nuestros pecados, y sufri , no la primera muerte que no le correspond a, sino la segunda muerte, en nuestro lugar, la paga de nuestro pecado que cay sobre el inocente, para que nosotros fu semos declarados justos y salvados por su sangre. Al contrario de la primera muerte que no implica separaci n de Dios, la segunda muerte es el juicio y condenaci n eterna y la separaci n total de Dios.