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La cruz de Cristo y la Lanza del Destino: Cómo las dos reliquias más importantes del cristianismo cambiaron la historia
Contributor(s): Vazquez Lozano, Gustavo (Author), Charles River Editoirs (Author)
ISBN: 1978045719     ISBN-13: 9781978045712
Publisher: Createspace Independent Publishing Platform
OUR PRICE:   $10.58  
Product Type: Paperback - Other Formats
Published: October 2017
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Additional Information
BISAC Categories:
- Religion | Christianity - History
- History | Ancient - Rome
Physical Information: 0.12" H x 8.5" W x 11" (0.36 lbs) 60 pages
Themes:
- Chronological Period - Ancient (To 499 A.D.)
- Cultural Region - Italy
 
Descriptions, Reviews, Etc.
Publisher Description:
Que Jes s de Nazareth (ca. 4 AC-30 DC) fue crucificado es una de las afirmaciones m s cercanas a un hecho hist rico que pueda hacerse sobre su l. Sobre los detalles de qu hizo o dijo la academia ha pasado siglos debatiendo, pero en este hecho, que sufri la pena capital a manos de la autoridad romana por medio de la crucifixi n, coincide la abrumadora mayor a de los historiadores del mundo antiguo. Que hubo una cruz donde sufri y muri es, por tanto, la siguiente afirmaci n l gica. De hecho, su caso no es raro: como l, hubo muchos otros jud os que perecieron clavados a un madero en las afueras de Jerusal n; miles de acuerdo al historiador Josefo, testigo presencial de la gran rebeli n contra Roma. La cruz, que era un s mbolo de fracaso y verg enza para quienes mor an en ella y sus familias, fue considerada desde el inicio del cristianismo como el momento triunfal en la carrera de su mes as; su crucifixi n el momento de su ascensi n a su trono como verdadero rey de los jud os. De ah que, una vez terminada la persecuci n contra el cristianismo, y pasados los suficientes a os, comenzaran a surgir los interesados en buscar la evidencia. Ir en pos de, contemplar, besar y en el mejor de los casos llevarse a casa un pedazo de la hist rica cruz fue una de las obsesiones primero de los creyentes, despu s de reyes y emperadores.
Junto con la cruz, siguiendo el relato evang lico, aparece otro objeto que incluso m s que el Santo Grial, ha mantenido de una forma u otra su enigm tica e inquietante presencia a lo largo de la historia: la lanza de Longinus, el soldado romano que perfor el costado de Jes s. La Verdadera Cruz era una reliquia de sanaci n y protecci n, pero la lanza, de acuerdo a la leyenda, era para la guerra y la conquista. "Aqu l que posea esta lanza y descubra su secreto tendr el destino del mundo en sus manos, para bien o para mal." As lo creyeron los antiguos emperadores del Sacro Imperio Romano, Napole n e incluso Adolph Hitler. No es casual que a esta codiciada reliquia le haya conocido desde tiempos inmemoriales como la Lanza del Destino.
Hasta aqu la leyenda. El verdadero problema surge al apartar el mito y tratar de identificar c mo y cu ndo aparecieron por primera vez estas dos reliquias en la historia, y de ah seguir su complicada historia de siglos, pasando de generaci n en generaci n, de mano en mano de reyes y papas; de creyentes a enemigos del cristianismo; c mo fueron perdidas y recuperadas, repartidas en fragmentos por todo el mundo y en ocasiones vueltas a reunir; alguna vez robadas y utilizadas como impresionante medio de propaganda; incluso extraviadas y finalmente recuperadas y depositadas en los lugares donde hoy se veneran.
Es posible que la cruz de Jes s haya sido encontrada trescientos a os despu s de su muerte y que sus fragmentos todav a puedan contemplarse en diversas iglesias del mundo? Se sabe con certeza que a mediados del siglo IV (ca. 350 DC) una antiqu sima cruz era venerada en Jerusal n y se utilizaba en la liturgia de la Semana Santa. La lanza apareci en la siguiente centuria en la Bas lica del Monte Si n en Jerusal n. De entrada, los siglos que las separan del evento de la crucifixi n (ca. 30 DC) hace problem tico abogar por su autenticidad. Opiniones en favor y en contra de la Cruz que se veneraba en Jerusal n desde los tiempos del emperador Constantino y de la lanza que empu Carlomagno en su coronaci n, los hay a favor y en contra. Pero hay casos en los que la historia de un objeto, y los tumultos que provocaron a su alrededor, resultan m s apasionantes que la cuesti n de la autenticidad en s misma. Este volumen sigue la complicada trayectoria de las dos reliquias existentes m s importantes del cristianismo, su aparici n en Palestina, su traslado a Bizancio y su dispersi n por toda Europa despu s del saqueo de Constantinopla, y c mo en el trayecto de diecis is siglos cambiaron el cu