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Ricardo
Contributor(s): Y. Ripoll, Emilio Castelar (Author)
ISBN: 1981258035     ISBN-13: 9781981258031
Publisher: Createspace Independent Publishing Platform
OUR PRICE:   $15.10  
Product Type: Paperback
Language: Spanish
Published: January 2018
Qty:
Additional Information
BISAC Categories:
- Fiction
Physical Information: 0.69" H x 5.98" W x 9.02" (0.98 lbs) 332 pages
 
Descriptions, Reviews, Etc.
Publisher Description:
Nuestro Madrid es pueblo esencialmente sobrio, y para persuadirse de que nuestro Madrid es pueblo esencialmente sobrio, no hay como pasearse por sus calles, y ver cu n desprovistas se hallan de aquellas fondas, de aquellas galer as, de aquellas tiendas por Par s esparcidas en abundancia, y que ofrecen al paladar toda suerte de licores y manjares. En el a o de 1866 todav a era menor el n mero de establecimientos consagrados a lo que pudi ramos llamar comida p blica. Exceptuando las tabernas, con sus fr os pedazos de bacalao frito, y sus tortillas pertenecientes a la edad de piedra; los figones, donde los mozos de cuerda restauraban sus fuerzas, con aquella olla tan provista de tocino como desprovista de carne; las fondas de r brica, en su mayor parte inhabitables, Madrid no ten a m s comedores oficiales que cierto salon de los entresuelos del Caf Suizo, completamente abandonado del p blico; la casa de Lhardy, que de uvas a peras mostraba en su escaparate algunas cabezas de jabal , como dispon a en sus cocinas algunas comidas de encargo; y el llamado, a la francesa, restaurant de Farrugia, sito a la entrada de la Carrera de San Jer nimo, casi en la desembocadura de la Puerta del Sol, donde un aficionado al bien comer se arruinaba, por dar platos buenos a bajo precio, y por fiar demasiado en las pagaderas, m s estrechas ciertamente que las tragaderas, de sus comensales y parroquianos. Entonces, aunque el Caf Espa ol exist a ya, y daba de comer en los cuartitos del callej n de Gitanos, todav a no se levantaban los salones de Fornos, que luego pasaron a socorrido asunto de arengas tribunicias y tema favorito de oposiciones pol ticas. Madrid mostraba su sobriedad hist rica, que tanto disgusta a los extranjeros, y tanto cuadra a nuestro hist rico car cter. Mas la noche del 21 de Junio de 1866 varios j venes se hab an reunido a cenar en el entresuelo de Farrugia, y hab an prolongado la cena hasta la madrugada siguiente.