| Antología del Corazón Contributor(s): Rojas Farías, Víctor (Foreword by), Valdivieso, Jaime (Introduction by), Johnson Bordali, Carlos (Editor) |
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ISBN: 9563324609 ISBN-13: 9789563324600 Publisher: Platero OUR PRICE: $24.61 Product Type: Paperback Language: Spanish Published: December 2001 |
| Additional Information |
| BISAC Categories: - Education | Philosophy, Theory & Social Aspects |
| Physical Information: 0.33" H x 5.98" W x 9.02" (0.47 lbs) 140 pages |
| Descriptions, Reviews, Etc. |
| Publisher Description: ANTOLOG A DEL CORAZ N Desde Arist teles, el primero en normar el g nero literario de la tragedia, la comedia y la pica, los m s importantes fil sofos del arte contempor neo desde Goethe, Schiller hasta Heidegger y Derrida han convenido en considerar el objeto est tico no s lo como un producto puramente formal, resultado del rigor y del oficio, sino adem s la necesidad de contener principios morales y m s tarde, durante el romanticismo y hasta nuestros d as, la de expandir nuestro conocimiento sobre el hombre y el mundo como un medio importante del saber junto a la ciencia... (...) Estas reflexiones surgen cuando se trata de una poes a como la de Carlos Johnson Bordal , donde precisamente su poes a consciente o inconsciente busca unir la belleza al contenido tico y social como una necesidad de expresi n m s integral y humanista... (...) Siempre hemos pensado que por alguna raz n que no obedece a la conciencia del poeta o del narrador, en los primeros p rrafos o en el primer poema se condensa algo as como la po tica, la filosof a, la concepci n tica y est tica del autor; tal vez el material creativo se organiza en todo artista, en cualquier arte e igualmente en la ciencia, de acuerdo a leyes inmanentes, una especie de metaf sica de la estructura, de la composici n que busca un orden, un equilibrio, al margen de la voluntad de su creador. En el caso de Carlos Johnson aparece ya en el primer poema del libro, en la secci n subtitulada Mundo de Pl stico, un poema llamado "El extrav o" donde en algunas estrofas al final del poema plantea su po tica, su concepci n moral de la vida y del mundo en versos donde se defina a s mismo con un gui o al Pablo Neruda del autorretrato: "Con la cultura del instante eres vol til como el viento/ y como un rel mpago fugaz/ incoherente frente a lo fr gil/ ligero como una nube/ ingenuo como ni o/ hedonista en fin del siglo que se asoma al milenio de la luz..." Carlos Johnson se define como un poeta sin alternativa, condenado al grillo permanente de la poes a, a sobrellevar el peso de las palabras que lo alivian, salvan y a la vez condenan a permanecer con los ojos abiertos d a y noche: pues en esa mirada a oscuras o a plena luz se condensa el peso de la vida, de la sociedad, de la historia que l necesita testificar y embellecer: "Yo no eleg ser poeta/ es cierto: / la vida me lo impuso/ la tierra me lo grit / y el viento lo susurraba". Pero el gui o a Neruda que ya se alamos no es la nica muestra de que Carlos Johnson se asume en la gran tradici n literaria de Chile, si no en la forma en los temas como vemos en el poema "Canto a la Marisquer a", donde recoge el dionisiaco, er tico y palpitante legado culinario del oc ano chileno del Pablo de Rokha de "Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile": "Isabel/ que me desconchas el alma/ Y en una paila/ loco por tu amor/ bebo el vino/ de tu c liz./ De p rpura/ visten tus gredas/ que al puerto aroman/ Y mi Valpara so mustio/ r e entre machas/ y chupes marineros". Este poeta ha sido capaz de extraer los jugos de la ciudad y con ello su alma y su esp ritu, es decir, su cultura: y ya estamos dentro de una poes a que se niega al puro juego, al abalorio verbal. Su destino como poeta lo obliga sin querer a una toma de posici n frente al pa s y a la historia: lo que trasciende de su poes a y la hace beligerante y a la vez permanente. En la ltima parte "Alma de Mujer" une la poes a de la ciudad, Valpara so, con la vivencia er tica: mujer y ciudad, calles y plazas, y as se nos va este poeta que queda irremediablemente preso en su propia salsa: el verbo de sus p ginas con todo lo bueno, noble y permanente de la vida, atrapado en sus versos: testimonio y universalidad como toda gran poes a, toda importante obra de arte. Jaime Valdivieso |
