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Principio de Determinación Absoluta: Compre La Verdad Y No La Venda
Contributor(s): Cruz Loaiza, Elisban (Author)
ISBN:     ISBN-13: 9798551916345
Publisher: Independently Published
OUR PRICE:   $6.65  
Product Type: Paperback
Language: Spanish
Published: November 2020
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BISAC Categories:
- Science | Time
Physical Information: 0.18" H x 6" W x 9" (0.28 lbs) 88 pages
 
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Publisher Description:
Como primer motivo para escribir este texto, es: El principio de indeterminaci n de la mec nica cu ntica; que declara, que no es posible medir juntamente y con gran precisi n tanto la posici n como la velocidad de una part cula; cuanto m s exactamente mide uno la posici n, menos exactamente la puede medir la velocidad y viceversa. (Hawking, 2002). Lo que en m suscit una fuerte descarga del poder de la palabra del Dios quien hizo todo determinado, por la palabra de su poder, la cual me llev a auscultar la Biblia que es la fuente que almacena toda verdad del suceso de formaci n y estar del universo, y del c mo ha ido evolucionando a trav s de la nica historia determinada no cu ntica, contraria a la propuesta por Feynman, y c mo ser el recorrer por el resto del Tiempo que le queda para su existencia (Siempre que en la determinaci n, est determinado predecir) La preocupaci n de grandes hombres de ciencia en el intento de conocer como fue y como es y ser el medio en el que se desarrolla el hombre, los ha llevado a crear y desarrollar leyes f sicas, que explicaran el mecanismo din mico del universo; ya desde siglos pasados han ido cada vez perfeccionando estas leyes acerc ndose y circundando m s y m s en torno a la ley establecida por Dios, y esto ayudados por la experimentaci n; de hecho sin poder llegar a ella en virtud al principio de indeterminaci n que es un iceberg frente al Tit nic, o de la forma como la funci n matem tica f(x)=1⁄x se hace indeterminado, cuando la variable x toma como valor al cero o al infinito. Lo mismo sucede con las leyes f sicas creadas hasta hoy; crean indeterminismos adrede, las que no existen en la naturaleza, y esto por no tener forma alguna de hacer mediciones sin perturbar aquello que se quiere medir, y esto sucede porque se ignora voluntariamente a Dios, el creador de todo el universo (II Pedro 3: 5) As nos sea imposible medir simult neamente y con precisi n, no es raz n suficiente para considerar como principio f sico que rige la naturaleza. Como conocedor del Dios vivo que est al cuidado de su creaci n, creo que es necesario y urgente buscar la gu a de quien hizo este universo, tal que podamos estar seguros de las o de la ley que rige el universo en su completitud, desde lo aparente trivial hasta lo aparente complicado de la naturaleza. Esta ley o leyes, tienen que ser absolutas, el /las cual/es, rige/n las exigencias de la din mica del universo, exento de probabilidades, porque lo perfecto, no contiene imperfecciones y la din mica del universo no est con aproximaciones, todo lo contrario, est absolutamente determinado en perfecto funcionamiento, desde que fue creado, hasta el ltimo instante de su existencia en el tiempo.El universo es din mico, el contenido y el continente, est n perfectamente sincronizados en todas las formas de movimiento que realizan. Pero ser debido a las fuerzas que generan la presencia de las masas en el universo? Si as es c mo es que generan estas fuerzas? O qu sucede en la estructura interna de la materia para ser fuente de fuerzas?El segundo motivo, es la consistencia entre la expresi n literal de la Biblia y la expresi n matem tica; de la forma como la ciencia da una interpretaci n literal a las ecuaciones matem ticas, propongo desarrollar una expresi n matem tica a partir de la expresi n literal de la Biblia, con el prop sito de interpretar y entender la creaci n de nuestro universo. Creo que si se descubre esta ecuaci n determinista y absoluta, estar amos en la capacidad de comprender los susurros que o mos de los caminos de Dios; sin embargo esto se lograr , s y solamente s ; si nos sumergimos en el principio de la sabidur a, que consta del temor de Dios y el reconocimiento de la omnipotencia del creador del universo. Desde luego ya se tiene serias dificultades, pero con la esperanza en el autor de esta obra maestra diremos como el ap stol Pablo: Todo lo puedo en